El Principio del Ritmo también afecta a las relaciones humanas. De acuerdo con el movimiento de nuestro péndulo personal, atraemos personas más positivas. o negativas en determinados momentos. Existe un fenómeno, conocido en psicología como el efecto "subibaja", que afecta a las relaciones más cercanas alterando el equilibrio emocional. Para entenderlo mejor, vamos a estudiarlo a través de un ejemplo concreto: un matrimonio.
Debes visualizar a cada uno de ellos como tanques de agua conectados en su base por una válvula o un caño De esta manera, vemos cómo los dos recipientes están conectados entre sí e intercambian su contenido. Cuando el contenido de uno de ellos desciende, aumenta al otro y viceversa. Este fenómeno de vasos comunicantes ocurre también entre dos personas que están enlazadas emocionalmente. Por lo tanto, todas las emociones que reprimen uno de ellos, las expresa el otro.
Continuando con nuestro ejemplo, imagínate que un día la esposa quiere hablar con su marido de algo importante y él está leyendo el diario cómodamente en la cocina. Ella habla pero él sólo murmura algo; en el fondo, se molesta con la interrupción. En vez de expresar su verdadera emoción, la reprime. Súbitamente, ella se siente incómoda y se enoja. Su marido continúa leyendo el diario y reprimiendo se energía. Todo lo que él reprime, surge del otro lado haciendo que la mujer se enoje aún más. La represión continúa y pronto llega a su límite. Pero en apariencia, por un lado, el hombre sigue completamente en silencio y, por el otro, su mujer está totalmente fuera de sí. Entonces el hombre dice excusándose: "Pero si yo no dije nada".
De esta manera se explica ¿por qué a veces sentimos emociones ajenas a nosotros mismos o por qué llegamos a límites indeseables?. A veces, al conocer a una persona nueva, uno empieza a sentir emociones que ya no son propias. Es probable que se sienta el gran deseo de complacer al otro, de brindarse desmedidamente, de estar todo el tiempo sólo con aquella persona. Todo esto se debe a la gran necesidad que tiene el otro de recibir; lo está pidiendo con toda intensidad pero sin palabras.
En estos casos, surgen preguntas como: "¿Por qué estoy sintiendo esto?". La persona puede llegar a imaginarse que está viviendo un gran amor y sólo está recibiendo toda la neurosis de la otra persona En esos casos, nos encontramos canalizando la furia, la tristeza, la desolación o la angustia de las personas con las que nos relacionamos. Esto es más cierto que cuando estas emociones no son lógicas o coherentes con lo que nos está ocurriendo en ese momento. Podemos comparar el fenómeno con la contaminación de los tanques; al estar conectados entre sí, uno recibe la parte tóxica el otro.
El efecto "subibaja" se continúa en los distintos miembros de una familia. Del padre pasa a la madre, de la madre al hijo o hija mayor y así sucesivamente. Este efecto suele incluir también a los animales domésticos.
En conclusión, "todo lo que reprimen los mayores, lo manifiestan los menores". Esta es la razón por la cual suelen enfermarse los niños en una casa, o algunas mascotas se comportan tan neuróticamente. La represión nunca es buena y termina por explotar.
En mi caso personal, soy el hijo menor y el que más terapia ha hecho en la familia. Sin saberlo, al sanar mis problemas internos, estaba sanando los de mi familia.
El problema se detecta cuando uno comienza a perder su propio eje. Uno comienza a darse cuenta de que está haciendo o sintiendo emociones que lo incomodan. Se da una especie de aceleramiento y agotamiento. Debemos recordar que el cuerpo físico siempre nos envía dos mensajes básicos: comodidad o incomodidad. De acuerdo con su mensaje, podemos darnos cuenta de si nos estamos envolviendo en un intercambio de energía favorable o no. Muchas personas tapan este mensaje con un pensamiento inocente como "El o ella ya va a cambiar" o "El tiempo mejorará la relación". En síntesis, desde un primer momento sabemos si una persona será favorable o no para nosotros.
La solución a esto es, en principio, ser consciente del efecto "subibaja" y luego buscar neutralizarlo. Para lograrlo, lo más efectivo es la comunicación verbal y la expresión abierta de las emociones. Volviendo al ejemplo anterior de los tanques contenedores, la válvula de escape sería la boca. Cuando uno expresa lo que piensa y siente, libera la energía y se corta el efecto "subibaja". En casos de enojo, siempre es más saludable discutir y terminar el tema en ese momento, en lugar de reprimirlo.
El Principio del Ritmo se manifiesta en todas nuestras relaciones y cuanto mayor es el grado de intimidad, más grande es el intercambio de energía que se produce.
Para poder corregir el movimiento pendular también podemos recurrir al uso de las afirmaciones, los decretos y los tratamientos espirituales.
Afirmación
Es una oración positiva escrita en tiempo presente. Las afirmaciones se repiten muchas veces al día, con el fin de sembrar una "nueva idea" en nuestra Conciencia; generalmente se las utiliza para crear algo que todavía no se ha adquirido y para detectar ¿cuáles son las resistencias que se alojan en el interior?.
Decretos
Se pronuncian una sola vez y en forma rotunda. Son más imperativos y se pronuncian con la seguridad de que lo que se afirma ya es una realidad. No se da lugar a ningún tipo de dudas. Con este instrumento se hace uso de la voluntad y el poder personal.
Tratamientos Espirituales
Son semejantes a los decretos pero tienen una mayor elaboración. Para que un tratamiento espiritual sea completo debe contener cinco elementos:
1) Reconocimiento: Se deben reconocer una o más características de Dios en lo que se desea manifestar. Por ejemplo, si se va a hacer un tratamiento para encontrar amor, se debe comenzar afirmando "Dios es Amor". Si quiero superar problemas económicos, afirmo: "Vivo en un Universo de Abundancia".
2) Unificación: En este paso se debe reconocer que Uno es parte de Dios o del Universo. Siguiendo los ejemplos anteriores, debo reconocer mi capacidad de amar o mi aceptación de la abundancia. Por lo general, se utiliza una afirmación que comienza con "Yo Soy..."
3) Realización: Aquí se incluye el decreto de lo que se quiere manifestar. "Encuentro la amorosa y perfecta pareja para mi" o "Mis ingresos aumentan día a día".
4) Agradecimiento: Este paso es muy importante en el proceso. Es un acto de Fe por el cual se agradece por adelantado aquello que se está pidiendo, como si ya estuviera concedido.
5) Liberación: Etapa en la cual se entregan todos los pensamientos a la Ley del Universo para su manifestación. A partir de entonces no se habla ni se piensa más en el asunto. Se confía plenamente en la Ley que todo lo manifiesta en el momento justo y necesario. De acuerdo con este paso, uno no debe quedarse esperando ver el resultado sino continuar la vida cotidiana normalmente. En este último paso se demuestra nuestro grado de Fe y Confianza en el proceso de la vida.
De una manera sisntética y divertida podemos recordar estos cinco pasos así:
1) Reconocimiento: "Hola Dios"
2) Unificación: "Yo Soy (nombre)"
3) Realización: "Yo ya tengo..."
4) Agradecimiento: "Gracias"
5) Liberación: "Hasta luego"
Estos cinco ingredientes que componen el Tratamiento Espiritual pueden ir ubicados en diferente orden. Lo importante no es la secuencia sino que estén presentes.
1) La abundancia del Universo se manifiesta en forma constante, permanente e inagotable.
2) Yo Soy parte de este gran Universo y estoy receptivo a todo lo bueno para mi.
3) Por eso, hoy acepto mi prosperidad económica y la veo manifestarse en armonía con mi vida.
4) Doy gracias por todo lo que se me concede ahora... y por todo lo bueno que viene a mi vida, que sé que es mucho y abundante.
5) Entrego todos mis pensamientos y palabras a la Ley que todo lo manifiesta en el momento justo y necesario. Hecho está. Y así es. Amén, Amén, Amén.
El Tratamiento Espiritual no elimina el trabajo que se hace con afirmaciones, sino que lo complementa. Se pueden hacer tratamientos para ayudar a otras personas, reconociendo y afirmando el bien que se merecen. En este caso, se debe estar seguro de que la otra persona lo desea y tener su consentimiento, ya que no podemos ir en contra de su voluntad o libre albedrío.
El gran enemigo de estos instrumentos metafísicos se escribe con cuatro letras: duda. La duda provoca la disolución de la fuerza puesta en los tratamientos, afirmaciones o decretos La duda tiene su raíz en la ideas de no merecimiento, en el miedo y en la baja autoestima.
Todos tenemos cierto nivel de dudas y miedos; por lo tanto, todos tenemos nuestro trabajo personal por hacer. En este proceso se debe ser muy amable con uno mismo, darse tiempo para implementar los cambios y ser paciente hasta incorporarlos.
La duda es una servidora del ego y te recuerda que tienes que optar entre ideas que se contradicen entre sí, creando un caos y conflictos internos que no te llevan a ninguna parte.
Es normal sentir dudas cuando empezamos a elegir nuevos pensamientos; pero una vez que elegimos ¿cuál seguir?, tenemos que trabajar hasta hacer desaparecer todo vestigio de duda en nuestro interior.
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