LA PRÁCTICA DEL SILENCIOLa práctica del silencio es muy
poderosa y, a la vez, difícil de realizar en estos días. Consiste en permanecer
el mayor tiempo posible en total silencio; es decir, sin hablar, sin contestar
el teléfono, sin mirar televisión, sin leer ningún libro, sin escuchar música.
De esta manera, se logra el estado de contemplación que eleva la energía a un
nivel muy alto.
En nuestra cultura, está muy arraigado el concepto de que
siempre deberíamos estar haciendo algo, aprovechando nuestro tiempo valioso. La
idea de "hacer" es muy valorada y se reciben recompensas por eso. Sin embargo,
es mucha más valiosa la idea de "Ser" y ésta es la clave de este ejercicio.
Nuestro verdadero valor radica en que somos "seres humanos" y no "hacedores
humanos". No hay nada de malo que desarrolles ciertas tareas y seas una persona
productiva, pero tienes que aprender a encontrar el verdadero valor de tu ser,
aún cuando no hagas nada que la sociedad considere valioso.
Puedes comenzar a
practicar el "silencio" durante tres o cuatro horas. Asegúrate que nadie te
interrumpa ni te moleste. Puedes hacerlo en tu casa o en un parque. Los espacios
de la naturaleza son los más poderosos. Simplemente contempla todo lo que sucede
por dentro y por fuera de ti. No es necesario que juzgues ni que llegues a
ninguna conclusión. Este no es un ejercicio intelectual. Al principio, tu ego te
recordará tu drama personal e intentará hacer mucho "ruido" para restarte paz.
Sin embargo, si dejas pasar los pensamientos con libertad, ese drama
desaparecerá como disolviéndose en el aire.
Si tienes la costumbre de rezar,
agrégales a tus momentos de oración unos minutos de silencio al final. Cuando
estás rezando, le estás "hablando" a Dios. Cuando permaneces en silencio,
estarás "escuchando" su Respuesta. Si sólo rezas y luego te vas, lo único que
habrás hecho es un perfecto monólogo. De nada sirve que reces con todo tu fervor
pidiendo la solución a un problema si no escuchas Su Respuesta. En el Universo
todo es perfecto y necesario. Todo lo que te sucede tiene un sentido y guarda
una lección para ti. Hasta que no la aprendas, continuarás lidiando con lo
mismo; por eso, el silencio es importante. Cuando permaneces en silencio, la Voz
de Dios te habla con claridad y te explica ¿por qué te sucede todo lo que te
sucede?
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