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miércoles, 11 de mayo de 2011

Energía de la Diosa: Sacerdotisa interior.

http://www.youtube.com/watch?v=p-MKokCREck&feature=related


Desde el comienzo de los tiempos hemos escuchado lo que el rol de la mujer ha proporcionado a la evolución: Entiéndase por MUJER a la estructura arquetípica femenina que tanto hombres como mujeres tenemos. Es el Yin dentro del Yang y el Yang dentro del Yin que cada uno de los Seres humanos poseemos.
La MUJER es definida como la parte suave, sutil, intuitiva, emocional, delicada, resistente, dadora de vida, dadora de amor y por sobre todo receptora.
La mujer tiene la capacidad de albergar dentro de su propio cuerpo la evolución de un Ser, de darle los nutrientes tanto físicos como emocionales necesarios para que ese Ser llegue a desarrollarse. Por lo tanto, la tolerancia es una de las mayores cualidades desarrolladas desde el inicio de los tiempos y el componente de la tolerancia es el AMOR.
EL amor de madre todo lo puede (entiéndase que cada una de las mujeres y hombres del planeta tenemos esta condición, hayamos tenido o no hijos), pero el despertar de ese amor es lo que nos está clamando en el fin de los tiempos, lo que nos está pidiendo a gritos la evolución humana y hacia lo que debemos indefectiblemente viajar para que el salto cuántico se produzca en el espíritu planetario. El amor y la tolerancia como condición es aquello que necesitamos trabajar en estos tiempos.
La tierra es sin duda, la primer MUJER, la primer SACERDOTISA, pues nos alberga, nos cobija, nos da el sustento, el alimento y nos brinda la posibilidad de realizarnos en la materia. La Pachamama, La Tonanzin, como la llamaban nuestros abuelos del Anahuac.
Somos tierra: Nuestro cuerpo está compuesto de sus mismos minerales, de su misma composición y por ende se lo debemos a ella. Nuestro cuerpo nace de ella y vuelve a nutrirla tarde o temprano, en esa alquimia de evolución que ella genera milenio a milenio y la cual nosotros transitamos ignorantes de nuestra misión: el agradecimiento.
Durante los últimos siglos, los seres humanos hemos olvidado nuestro origen y por consiguiente hemos descuidado nuestra propia energía femenina. La misma que en las antiguas culturas se protegía, se respetaba y adoraba. Ese olvido nos está costando bastante caro en este final de tiempo, pues no sólo hemos descuidado nuestro origen sino que nos hemos desconectado de nuestro espíritu en consecuencia. Esta desconexión es lo que hace que en el mundo actual predomine la violencia por sobre la tolerancia y que el amor esté circunscripto a las relaciones interpersonales.
Hemos olvidado de alguna manera el legado que nuestra Madre nos deja: EL AMOR INCONDICIONAL – el AMOR hacia todo ser viviente – Ese amor que se conserva aún cuando desencarnamos de nuestro cuerpo físico y llegamos a la conexión energética con el Todo.

Como todos sabemos, o al menos intuimos, este es el fin de un ciclo importante a nivel planetario. Final que nuestros abuelos de las culturas antiguas como la Egipcia, Tibetana, China, Tolteca, Maya, y demás nos anunciaron en escritos sobre piedra, en calendarios y en prácticas espirituales de grupos iniciáticos.
El fin de un ciclo no significa el Apocalipsis (o tal vez sí) pero no de la forma que nosotros lo concebimos, en nuestra mente llena de miedo o de culpa. El Apocalipsis es nada menos que EL CAMBIO, la transmutación.
“Lo que para el gusano de seda es el fin… es el nacimiento para una mariposa”.
Este cambio es lo que se avecina en estos tiempos…. En este momento estamos transitando los últimos años de cierre de calendario Maya. Se nos ha dicho en muchos escritos antiguos y en muchas predicciones de personas que han desarrollado un nivel de conexión con el Akash, muy sutil, que a partir del 2007 comenzó la aceleración de la evolución planetaria hacia el 2012.
En el comienzo la tierra inició un camino de evolución…. Hoy nos toca a nosotros como conciencias realizar el cambio y tomar la responsabilidad para que el nuevo tiempo sea un tiempo de Luz.
El cambio de paradigma (Del Griego paradeigma) significa en forma simple “modelo” o “ejemplo” del mundo. En el comienzo este término se refería a la práctica de la ciencia. Luego este concepto se fue popularizando al punto de ser una palabra que comúnmente usamos para describir el grupo de experiencias, valores y creencias que afectan la forma en como percibimos la realidad y como la realidad responde a esa percepción.
Un “cambio de paradigma” es entonces un cambio en la forma como percibimos la realidad y un cambio en la realidad misma. Tienen mucho que ver nuestras creencias sobre la realidad misma, es en este punto donde el cerebro y nuestros condicionamientos pasan a jugar un papel importante.
Como los pensamientos son los creadores de la realidad, tú puedes atraer hacia ti todo (absolutamente todo) lo que deseas, inclusive este cambio.
Comienza tu cambio de paradigma con pequeñas comprobaciones de cómo puedes transformar tu realidad, luego con la práctica irás observando que los cambios son cada vez mayores y a medida que te vayas sintonizando con esto tu vida habrá cambiado por completo en muy poco tiempo.
El cambio entonces, es poder definir un rumbo, poder cumplir los roles pero sin olvidar el más importante… el rol del Ser espiritual, que es quien nos trajo a vivir esta experiencia material como Seres espirituales que somos.
Esto no implica de ninguna manera hacer que todo gire en torno nuestro, pero sí que nuestro rol espiritual tenga su lugar junto con los otros y que se desarrolle sanamente para poder contribuir en el rol planetario al que estamos destinados a cumplir como almas encarnadas en este tiempo.
Debes hacer que tu vida sea lo más rica en experiencias del Yo Espiritual para que de esa manera puedas cumplir con todos los otros roles sin esfuerzo, pues la felicidad y la plenitud llegarán a ti a cada momento.
Los cambios planetarios se vienen dando desde el principio de los tiempos. Cada 26.000 años se cumple un ciclo y luego comienza otro. Hoy estamos en el final de un ciclo y el comienzo de otro. Nuestros abuelos Mayas y Aztecas nos dejaron un calendario perfecto que mide el tiempo en ciclos humanos, solares y galácticos y que dura hasta el 22 de diciembre de 2012.
Por supuesto muchos piensan en algo trágico y que se termina el mundo en esa fecha… otros hablan del fin del mundo, otros lo relacionan con el Apocalipsis.
Cuanta mas energía enviemos a esos pensamientos más catástrofes sucederán. Pues lo que nos esta diciendo esto es justamente que aprendamos a redirigir nuestra conciencia planetaria hacia el objetivo que deseamos.
Por lo tanto, cuanto mas amor volquemos en nuestros pensamientos, mas energía de amor habrá en el campo de energía planetario.
Cuanta mas comprensión, compasión y agradecimiento, mas posibilidades de generar un campo de conciencia pura a través del cual se influya a todo el resto de la humanidad de la misma forma que lo hace la vibración estable y armoniosa con una que no lo es.
El fin de los tiempos alude no a un calendario en donde se terminara todo, sino a que se rompen paradigmas, se caen las viejas estructuras y volvemos a renacer en otra frecuencia, en otra vibración.
Quienes podamos sintonizarnos con esto, lograremos cosas increíbles, lograremos sintonizarnos con el campo de todas las posibilidades y por lo tanto lograremos ser las Sacerdotisas del nuevo tiempo.
La alquimia que genera el cambio esta en marcha, solo debemos hacerla parte de nuestra conciencia y actuar en consecuencia. Las nuevas sacerdotisas son las encargadas de transmutar la energía del viejo tiempo en la del nuevo tiempo.
Por esto, se dice que este milenio es el milenio de la Mujer. No por lo físico, sino por la energía femenina – La Sacerdotisa – es lo que se debe rescatar tanto en hombres como en mujeres, por lo cual es la tarea de ambos y de toda la humanidad lograr ese balance.
Cuando ambas energías estén en equilibrio, como lo planteaban nuestros ancestros los Chinos o nuestros abuelos del Anahuac (todo el territorio americano), en donde decían que ambas energías deben trabajar al unísono y en equilibrio… solo allí podremos lograr este salto cuántico para la humanidad toda.
A través del trabajo personal con la propia “Sacerdotisa interior” podremos lograr hoy, hombres y mujeres de este milenio, el cambio necesario para transmutar la energía de guerra en la de paz y por sobre todo para transmutar nuestra propia vida en la vida que deseamos tener… todo está allí para ser utilizado… todo está allí para el despertar de esta energía en nosotros.
Los invito a este nuevo desafío… ¡¡hay mucho por hacer… adelante!!

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