"Es casi inútil embarcarse en la vida espiritual mientras no comprendamos hasta qué punto la naturaleza inferior del hombre es tenaz, y cuánto trabajo hay que realizar sobre ella, requiere vigilancia, perseverancia, humildad y abnegación. Demasiadas personas, cómo han encontrado una enseñanza espiritual, creen que van a transformarse rápidamente. Pues no, ¡el dominio de la vida psíquica es mucho más difícil de lo que imaginan! Es bien cierto que existe en cada ser humano esta capacidad de renovación, de regeneración, de divinización, pero es un proceso muy lento, y lo que cada uno puede realizar en esta existencia depende del trabajo que comenzó en encarnaciones anteriores.
Para aquél que no tiene conciencia de las dificultades que inevitablemente se encuentran en la vida espiritual, es imposible progresar; entonces, sufrirá y hará también sufrir a los demás. Embarcarse en la vida espiritual exige en primer lugar ser lúcido con respecto a uno mismo."
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